martes, 7 de octubre de 2014

Amor de madre

EL blog Baberos y claquetas, hizo este post la semana pasada, un post que al llegar al final y querer hacerle un comentario me costó, porque tenía lágrimas en los ojos, mientras la iba leyendo iban cayendo y es que escribió con el corazón, escribió con el sentir de una madre, como solo si tienes un hijo sabes sentir.

Creó un premio, el premio amor de madre, un gran premio en homenaje a todas las madres, me parece algo precioso. Y ella dice esto “Solo pondré una regla, todas aquellas que decidáis llevaros el premio debéis escribir una entrada contando aquel momento que se os quedó grabado como madre. Me vais a decir que son muchos, pero quiero que recordéis ese que os salvó en un momento dado, en aquel día que no podáis más, o aquel que os lleno de una felicidad que hasta la fecha parecía inalcanzable

He pensado mucho en ello, también he pensado en si escribirlo o no, pero he decidido que sí, porque no? Tengo un blog para escribir cosas de mi hija, de experiencias… y esto me parece algo tan bonito…
Momentos felices al lado de mi hija paso cada día, cada vez que veo que aprende algo nuevo o cuando me ve hacer la cama y gira la cabeza y sonriendo me dice “mama ayudo? si?” eso me saca una sonrisa, hay que ver que poder tienen los hijos para hacernos sonreír!

Pero verme llorar las menos veces, no quería que me viera llorar, que de mayor no tuviera ese recuerdo, dicen que con dos años es imposible tener recuerdos que se ponen uno encima de otro y los más bajos se pierden, pero yo no lo creo, yo recuerdo hasta de cuando tenía un año y me recogían mis abuelos, cuando quería hacer gracias para que la gente se riera, o la sensación de impotencia de recibir un no…

He llegado a la conclusión, que aunque no dejo que mi hija vea sangre, ni ponemos el telediario, ni dejo que vea agresiones, ni peleas… también tiene que aprender que el mundo es así, que habrán días malos y días buenos, que la gente también está triste, y que es pasajero… quiero que lo aprenda poco a poco, igual que cuando vea que es el momento le pienso dar lectura de Elisabeth Kübler-Ross, por ahora nos estamos haciendo a los Cuentos para Lucas de SofÍa Pencef (pero esto en otra entrada jaja que me lio) Lo que me refiero es que la quiero proteger de todo, no quiero que le toque ni el aire, pero no se puede! Por desgracia la vida es más dura de lo que quisiera para ella, y hay días que yo como madre y como mujer, también tengo bajones, he dejado una vida, un trabajo, por unas decisiones que tome hace unos pocos años, y una de esas decisiones es ella, mi hija, la cosa más bonita que tengo en el mundo.


Sencillamente mami


El día, ese día, fue el que mi hija me dio una lección, yo estaba de bajón, casi me arrastraba por casa, tenía creía motivos importantes para estar así y todo se me presentaba oscuro, pero ella me necesitaba y reclamaba, si no podía ni conmigo! Empecé a llorar, llorar sin poder parar, no quería que me viera, me estaba escondiendo, empezó a llamarme “mama, mama, maamaaa… Elii, Elii” (cuando no contesto a mama me llama por el nombre por si cuela jajaja) no me quedó otra que ir a buscarla, me vio llorar, yo no podía parar, no quería que me viera y por eso aún lloraba más… ella no dijo nada, calló, la cogí en brazos la tumbe en el cambiador y con la manita se señaló en pecho y se dio golpecitos para que tumbara mi cabeza en él, y totalmente asombrada lo hice, apoye mi cabeza en su pecho, me abrazo y con una manita empezó a acariciarme la espalda, (yo seguía llorando, ahora más…) mientras me acariciaba la espalda me decía sschhh schhhhh schhhh…. Con un sonido de lo más relajante y con toda la tranquilidad del mundo, levante la cabeza y la miré, me secó las lágrimas y muy seria me dijo “mama, no llores” “no llores…” volví a poner mi cabeza en su pecho, me abrazó y volvió a acariciarme diciendo schh schhhh se me paso todo, lo que me dio me relajo, me dio amor, más del que yo podía imaginar! Tenía dos años casi recién cumplidos, y comprendió mi dolor, supo calmarme… y esperar con paciencia infinita a que yo me recuperase… Entendí, que nuestro cordón umbilical es más fuerte de lo que creí, que estamos unidas, y que mi hija llega más allá de donde yo creo y es mucho más fuerte de lo que pensaba, he de protegerla pero sin exagerar, porque es más fuerte de lo que yo creía a pesar de tener 2 años.

Ese fue el día que jamás se me olvidará, el día que me vio llorar y además me dio una lección… no estoy sola, ni ahora ni nunca más, por eso las cosas que creo importantes dejan de serlo cuando ella me da estas lecciones, por lo que lloraba ese día no he vuelto a llorar, lloraba por lo lejos que tengo a personas que quiero y no me di cuenta que ella esta, ahora, conmigo!



Un beso y gracias a Baberos y claquetas por el premio y estas oportunidades que nos das de poder escribir un trozo de lo que llevamos dentro!! 

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