miércoles, 5 de noviembre de 2014

Tercera pieza del puzzle

Hola! He estado un poco desconectada, pero vuelo a estar por aquí :) hemos estado pintando y haciendo algunos cambios en casa, esto nos llevó más de una semana en la que no teníamos conectado ni el wifi, así que desconectada del todo ya que desde el móvil según qué cosas imposible hacerlas, luego he estado malita, aún voy con pañuelo en el cuello del dolor... así que los días han volado y sin tiempo para nada! Ayer mi amigo me envió la tercera parte del puzzle, si queréis leer la segunda pinchar Aquí y si queréis leer la primera pinchar  Aquí, vale la pena leerlo, poco a poco con cada pieza estamos viendo donde estamos realmente y donde podemos estar en un futuro.

No me alargo más y os dejo con él, la verdad que cuando leí su post de hoy, me quede con tantas ganas de la cuarta pieza! 

PUZZLE 3: TRABAJO

Siguiendo con el mismo rompecabezas de cubos que empezamos unas semanas atrás, hoy trataremos de resolver otro dibujo, aquel que trata sobre los trabajos, las habilidades, los conocimientos, o como queráis llamarlo, que nos pueden resultar más útiles para ganarnos la vida en un futuro próximo.


(LEGO layoffs, Flickr.com, CC BY-ND 2.0)




Recordaréis que finalicé los dos escritos anteriores poniendo especial énfasis en la importancia del declive, ya iniciado, en la disponibilidad de nuestra principal fuente de energía: el petróleo. Apuntamos también a las razones por las que no es razonable esperar que las energías renovables acaben ocupando el vacío que este nos deje, al menos en una proporción remotamente comparable. Y quizás os preguntéis qué relación puede tener la energía con el  tema de hoy, cuando lo que la mayoría de mortales damos por sentado es que el trabajo depende, ante todo, del dinero.


Pues bien, a lo mejor podemos verlo desde otra perspectiva: el papel de la energía en los seres vivos. Todos sabemos que cualquier animal necesita comer para sobrevivir. Sabemos que el alimento es su combustible, y entendemos también que cada bicho en cuestión, sea de la especie que sea, debe obtener de su manjar más energía que la que tiene que gastar para alcanzarlo. Esta diferencia entre lo que invierte y lo que se embolsa, este beneficio, ganancia o excedente energético es lo que le permite mantener sus funciones vitales, crecer y reproducirse, y también dormir, jugar…



Este sencillo esquema lo podemos aplicar a cualquier cosa viviente, desde un microbio hasta una ballena. El ser humano, y nuestra sociedad en su conjunto, obedece a las mismas leyes. Los arqueólogos nos dicen que a lo largo de la mayor parte de la historia del Homo sapiens, durante 190.000 años, las personas obtenían su energía solo de lo que recolectaban y cazaban. Hace 10.000 años añadimos a esta fuente los alimentos que aprendimos a cultivar, todo lo cual nos ofrecía un rendimiento suficiente, pero nada comparable al regalo que representó el hallazgo de los combustibles fósiles tan solo dos siglos atrás.

Los extraordinarios excedentes que tal descubrimiento nos brindó, permitieron que pudiéramos consumir más, disfrutar de ocio, de servicios públicos, y un sinfín de comodidades. Pero lo importante es que hizo posible la construcción de industrias, infraestructuras, desarrollar tecnologías nuevas, y con todo ello CRECER. La aparente infinitud de ese tesoro nos hizo olvidar que aumentar en población y complejidad (muchos más trabajos distintos, redes de transporte, información...) conllevaba elevar también el gasto energético necesario para la gestión y el mantenimiento de la máquina: nuestra sociedad. Grave error.

(Hong Kong Skyline Restitch - Dec 2007CC BY 3.0, Diliff)


Día de hoy. Como naturalmente empezamos comiéndonos la fruta que colgaba de las ramas más bajas, ahora debemos trepar más y más arriba, y nos pasa que cada vez nos comemos una parte mayor de la cesta, solo para reponer nuestras fuerzas.

Y aunque hemos aprendido a trepar mejor, nuestras mejoras en eficiencia no pueden compensar el declive en la cosecha energética, por lo que ésta empieza a encarecerse: todo lo que deriva del petróleo (directa o indirectamente) se vuelve más costoso, así que los trabajadores pueden comprar menos, y muchas empresas entran en pérdidas y cierran. Ese parece haber sido uno de los detonantes de la burbuja inmobiliaria en 2007, pero el problema no se detiene ahí. Cuando suficientes empresas han desaparecido del mapa y un número aún mayor de asalariados quedan excluidos del sistema, vuelve a haber petróleo para todos los supervivientes, con lo que este se abarata y volvemos a recuperarnos un poco. Hasta que debemos trepar otra rama más arriba, y entonces volvemos a sufrir.

Este es el camino de descenso en el que se está adentrando nuestra sociedad. Con fuentes de energía cada día más inaccesibles, excedentes más y más escasos, se ve obligada a reducir su consumo, y así empieza recortando en lo más “prescindible” (sueldos, servicios públicos, inversiones), luego se queda sin capacidad para continuar creciendo y, a partir de determinado momento, sin suficientes recursos para siquiera sostenerse.

(Abandoned Packard Automobile Factory Detroit 200CC BY-SA 3.0, Albert Duce )


Mediante este farragoso post he intentado haceros entender la importancia de la energía en el funcionamiento de nuestra sociedad. Así que cuando nos preguntemos de qué forma nos vamos a ganar el pan en el futuro, deberemos tener bien presente que los tiempos están cambiando de verdad, que esta “crisis” representa, en el fondo, el fin de la era del crecimiento, y el principio de un mundo diferente, con unas nuevas reglas.

Tenemos ante nuestros ojos la fase de transición desde una economía de la abundancia, hacia una economía enfocada a la gestión de la escasez, donde en adelante tendrá valor solo aquello que nos resulte realmente útil para subsistir, y todos sabemos de qué se trata.



Acometer esta transición de una forma digna es posible, pero para ello necesitaremos reflexionar sobre algunas cosas más, así que en los próximos posts hablaremos de dinero (bolsillo), de transición interior (mente) y, finalmente, de transición exterior (sociedad).
¡Hasta pronto!



Hasta aquí la tercera pieza! Os ha gustado?? La verdad es que a mí y mi chico este tema nos tiene encantados, es duro, pero si se empieza desde ya a ser conscientes,e puede llevar mejor... Tanto mi chico como yo, gracias a Quim estamos cambiando nuestra manera de pensar y  Enara, va a ser educada (intentaremos) para que en un futuro pueda llegar a comer de lo que coseche, pueda coserse un pantalón, ayudar a los que la necesiten, empatía (que tiene muchísima) don de gentes para poder relacionarse y buscarse la vida... Aparte de lo que ella quiera estudiar lógicamente! A esperar la cuarta pieza. Gracias Quim por tu tiempo y hacernos llegar a todos de una manera sencilla todo lo que sabes!

Un abrazo a todos!




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