No me alargo más y os dejo con él, la verdad que cuando leí su post de hoy, me quede con tantas ganas de la cuarta pieza!
PUZZLE 3: TRABAJO
Siguiendo con el mismo rompecabezas de cubos que empezamos unas semanas atrás, hoy trataremos de resolver otro dibujo, aquel que trata sobre los trabajos, las habilidades, los conocimientos, o como queráis llamarlo, que nos pueden resultar más útiles para ganarnos la vida en un futuro próximo.
Recordaréis que finalicé los dos escritos anteriores
poniendo especial énfasis en la importancia del declive, ya iniciado, en la
disponibilidad de nuestra principal fuente de energía: el petróleo. Apuntamos
también a las razones por las que no es razonable esperar que las energías
renovables acaben ocupando el vacío que este nos deje, al menos en una proporción
remotamente comparable. Y quizás os preguntéis qué relación puede tener la
energía con el tema de hoy, cuando lo
que la mayoría de mortales damos por sentado es que el trabajo depende, ante
todo, del dinero.
Pues bien, a lo mejor podemos verlo desde otra perspectiva: el
papel de la energía en los seres vivos. Todos sabemos que cualquier animal
necesita comer para sobrevivir. Sabemos que el alimento es su combustible, y
entendemos también que cada bicho en cuestión, sea de la especie que sea, debe obtener
de su manjar más energía que la que tiene que gastar para alcanzarlo. Esta
diferencia entre lo que invierte y lo que se embolsa, este beneficio, ganancia
o excedente energético es lo que le permite mantener sus funciones vitales, crecer
y reproducirse, y también dormir, jugar…
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Este sencillo esquema lo podemos aplicar a cualquier cosa
viviente, desde un microbio hasta una ballena. El ser humano, y nuestra
sociedad en su conjunto, obedece a las mismas leyes. Los arqueólogos nos dicen
que a lo largo de la mayor parte de la historia del Homo sapiens, durante 190.000 años, las personas obtenían su
energía solo de lo que recolectaban y cazaban. Hace 10.000 años añadimos a esta
fuente los alimentos que aprendimos a cultivar, todo lo cual nos ofrecía un
rendimiento suficiente, pero nada comparable al regalo que representó el
hallazgo de los combustibles fósiles tan solo dos siglos atrás.
Día de hoy. Como naturalmente empezamos comiéndonos la fruta
que colgaba de las ramas más bajas, ahora debemos trepar más y más arriba, y nos
pasa que cada vez nos comemos una parte mayor de la cesta, solo para reponer
nuestras fuerzas.
Y aunque hemos aprendido a trepar mejor, nuestras mejoras en
eficiencia no pueden compensar el declive en la cosecha energética, por lo que
ésta empieza a encarecerse: todo lo que deriva del petróleo (directa o
indirectamente) se vuelve más costoso, así que los trabajadores pueden comprar menos,
y muchas empresas entran en pérdidas y cierran. Ese parece haber sido uno de
los detonantes de la burbuja inmobiliaria en 2007, pero el problema no se
detiene ahí. Cuando suficientes empresas han desaparecido del mapa y un número
aún mayor de asalariados quedan excluidos del sistema, vuelve a haber petróleo
para todos los supervivientes, con lo que este se abarata y volvemos a
recuperarnos un poco. Hasta que debemos trepar otra rama más arriba, y entonces
volvemos a sufrir.
Este es el camino de descenso en el que se está adentrando
nuestra sociedad. Con fuentes de energía cada día más inaccesibles, excedentes
más y más escasos, se ve obligada a reducir su consumo, y así empieza recortando
en lo más “prescindible” (sueldos, servicios públicos, inversiones), luego se
queda sin capacidad para continuar creciendo y, a partir de determinado
momento, sin suficientes recursos para siquiera sostenerse.
(Abandoned
Packard Automobile Factory Detroit 200CC BY-SA 3.0, Albert Duce )
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Mediante este farragoso post he intentado haceros entender
la importancia de la energía en el funcionamiento de nuestra sociedad. Así que
cuando nos preguntemos de qué forma nos vamos a ganar el pan en el futuro,
deberemos tener bien presente que los tiempos están cambiando de verdad, que
esta “crisis” representa, en el fondo, el fin de la era del crecimiento, y el
principio de un mundo diferente, con unas nuevas reglas.
Tenemos ante nuestros ojos la fase de transición desde una
economía de la abundancia, hacia una economía enfocada a la gestión de la
escasez, donde en adelante tendrá valor solo aquello que nos resulte realmente
útil para subsistir, y todos sabemos de qué se trata.
Acometer esta transición de una forma digna es posible, pero
para ello necesitaremos reflexionar sobre algunas cosas más, así que en los
próximos posts hablaremos de dinero (bolsillo), de transición interior (mente)
y, finalmente, de transición exterior (sociedad).
¡Hasta pronto!
Hasta aquí la tercera pieza! Os ha gustado?? La verdad es que a mí y mi
chico este tema nos tiene encantados, es duro, pero si se empieza desde ya a
ser conscientes,e puede llevar mejor... Tanto mi chico como yo,
gracias a Quim estamos cambiando nuestra manera de pensar y Enara,
va a ser educada (intentaremos) para que en un futuro pueda llegar a comer de
lo que coseche, pueda coserse un pantalón, ayudar a los que la necesiten,
empatía (que tiene muchísima) don de gentes para poder relacionarse y buscarse
la vida... Aparte de lo que ella quiera estudiar lógicamente! A esperar la
cuarta pieza. Gracias Quim por tu tiempo y hacernos llegar a todos de una
manera sencilla todo lo que sabes!
Un abrazo a todos!
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